viernes, 22 de octubre de 2010

Memoria de la tercera semana

Cibeles. Fuente: josemazcona (Flickr)


Tercera semana. El invierno nos recuerda que sigue ahí otro año más y parece que, día tras día, nos vamos habituando a la dura rutina de nuevo, después de ese gran verano que espero que todos hayamos pasado. Ésta es también mi primera memoria en el blog, aunque ya dejé una breve entrada a modo de introducción al mismo cuando lo creé. Por ello trataré de hacerla lo más perfecta que me sea posible, siempre pensando en esa mejoría que todos adquiriremos cuando tengamos más experiencia y maestría cuando algunas semanas más hayan pasado.

Después de aprender durante casi una hora todo lo relacionado con la conquista de Granada por los Reyes Católicos, el grupo de Madrid encargado de este blog se reunió para hablar y proponer nuevas ideas con las que mejorar nuestro proyecto. Antes cada uno resumió a los demás lo que habían leído hasta ese día de lo que habíamos asignado.

Así, Laura nos contó lo que leyó sobre el Madrid del siglo XIX, es decir, un breve panorama a modo de introducción de la ciudad a finales del siglo XVIII. También nos habló sobre la ciudad durante la guerra de la Independencia y su decisiva contribución a la misma, ya que fue precisamente en Madrid donde comenzó la contienda al manifestar el pueblo madrileño su malestar por la creciente y silenciosa ocupación que estaban llevando acabo las tropas francesas ante el vacío de poder que había en ese momento en España (Carlos IV y el futuro Fernando VII, entonces príncipe de Asturias, estaban en Bayona bajo custodia de Napoleón).

Por último, nos relató los cambios que experimentó Madrid durante el breve reinado de José I Bonaparte, hermano de Napoleón, que recibió el apelativo de “Pepe Plazuelas” tras haber ordenado derribar numerosos conventos para abrir nuevas plazas. De este modo, hizo que las calles y recovecos madrileños ganaran en amplitud, pues eran bastante estrechos casi desde época musulmana. Es reseñable también conocer que fue durante estos años cuando la Plaza de Oriente adquirió el aspecto que tiene hoy en día, pues bastantes edificios fueron borrados del mapa para ceder su espacio a la gran plaza.

Después de que Laura acabase su explicación, Loreto, a la que agradezco profundamente que me haya mandado por escrito un resumen de sus lecturas complementarios a los que yo tomé el martes, nos representó cómo era la ciudad de Madrid durante el siglo XVIII y cómo evolucionó en su condición de capital del Estado.

De este modo, durante el siglo XVIII Madrid aún carecía de una administración para el territorio circundante. El rey Felipe V creó, a escala nacional, una figura administrativa llamada Intendencia, pero eso tampoco resolvió el problema de las tierras madrileñas. La dispersión territorial y administrativa afectaba a cuestiones tan elementales como el abastecimiento de la ciudad, que en este siglo ya era la más habitada de la península.

Palacio Real. Fuente: Luis Feliciano (Flickr)
Otro problema, no menos grave, era el crecimiento imparable de la capital, que absorbía el mayor volumen de renta procedente de todo el país, mientras que las tierras madrileñas, en manos de la iglesia o de algunas familias señoriales, se iba empobreciendo cada vez más. Además, a Madrid le hacía falta estar comunicada con el resto de poblaciones, pero en ese momento los caminos confluían aún en la antigua capital, Toledo. No fue hasta el siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III, que Madrid se convirtió en punto neurálgico de todas las comunicaciones y empezó a transformarse, realmente, en una capital. El Madrid Imperial era una preciosa ciudad barroca de la que ha llegado a nuestros días apenas una pequeña muestra, y sin el entorno original que la embellecía más aún. Durante la época imperial, la capital tenía entre la mitad y las tres cuartas partes de su población nacida en otras provincias del Estado, lo que favorecía que la ciudad fuera un maravilloso mosaico social y cultural que se ha ido manteniendo a través del tiempo.

Tras la gran explicación de Loreto, Cristina comenzó su intervención poniéndonos al día de sus estudios del Madrid del siglo XVII, es decir, los comprendidos entre los reinados de Felipe III y Carlos II. A comienzos de este siglo Madrid perdió la condición de capital del estado durante cinco años (1601-1606) debido a la influencia del Duque de Lerma, valido de Felipe III.

Fue también durante este siglo cuando Madrid adquirió parte del aspecto que tiene hoy en día (el conocido como “Madrid de los Austrias”), aplicándose en la construcción de nuevos edificios como la Cárcel de Corte o la Plaza Mayor, proyectados por Gómez de Mora en un estilo de evidente influencia herreriana a raíz de la edificación del Escorial. No se olvidó tampoco de mencionar el gran auge cultural que hubo en aquel momento en la ciudad gracias a artistas como Velázquez, el pintor oficial de la Corte.

Cristina nos indicó asimismo que esta semana comenzaría a leer sobre el Madrid del siglo XVI. Tamara, al no poder asistir a clase, no pudo tampoco contarnos lo que había leído de su asignación.

Además de estos resúmenes, debatimos sobre qué podíamos hacer para mejorar nuestro proyecto. Así, se nos ocurrió realizar distintas visitas temáticas a Madrid, como por ejemplo al Madrid de los Austrias o al de los Borbones, incluyendo paradas en la emblemática Plaza Mayor para detenernos en la Oficina de Turismo central de la ciudad para así poder obtener más información que podamos aprovechar en nuestro trabajo.

Vista de Wyngaerde. Fuente: Wikimedia
Otras ideas que tuvimos fueron dedicar un capítulo especial (y quizás otra futura visita) al Rastro, fundamental para poder entender la historia de Madrid; o irnos al Museo de Madrid para empaparnos en directo de su Historia. Además, hemos pensado que sería posible dedicar otro capítulo a la evolución de Madrid a través de todo tipo de mapas y fotografías, como la Vista de Madrid, de Wyngaerde.

Hemos acordado también ir a la biblioteca de la Facultad de Historia de la Complutense para examinar la sección de libros especializados en Madrid que allí tienen e investigar la figura de los diversos héroes que ha tenido la ciudad a lo largo de su larga historia.

Finalizo aquí la memoria de la tercera semana, abrigando la esperanza de haberla realizado de forma correcta y adecuada. Todo lo que he referido ha sido irremediablemente resumido, pues de otro modo habría sido muy difícil no sobrepasar una extensión acorde con la condición que tiene un blog como éste.

Sergio Guadalajara Salmerón

22 de octubre de 2010

Fuentes utilizadas:
Laura: Historia de Madrid, Antonio Fernández García.
Loreto: Carlos III, Madrid y la Ilustración, Equipo Madrid (varios investigadores de la UAM)
Cristina: Wikipedia
Sergio (aunque sea el observador): Madrid: Historia de una capital, S. Juliá, D. Ringrose y C. Segura.

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